La primera vez que utilices la vela, déjala encendida varias horas. Lo más recomendable es esperar a que la capa superior de la cera esté completamente líquida. De este modo se evita que se formen agujeros alrededor de la mecha.

Enciende la vela por primera vez como muy tarde dos meses después de adquirirla para que no pierda las propiedades, sobre todo las aromáticas.

Enciende la vela durante periodos largos, mínimo de 30 minutos. Hacerlo durante periodos de 10 minutos ocasiona que se creen surcos y se consuma de manera irregular.

Asegúrate de que una vez encendida, la vela no esté situada cerca de una corriente de aire o próxima a algún tejido o material que pueda arder.

No muevas la vela si está encendida o recién apagada, ya que la cera líquida puede derramarse.

Corta la mecha regularmente. No es necesario que lo hagas con cada uso pero si de manera frecuente para evitar que ahúme o se recaliente el cristal de la vela. La longitud ideal de la mecha es entre 3 y 5 mm.

Utiliza un apagavelas o una tapa para quitarle el oxígeno cuando quieras apagarla. Si lo haces soplando se producirá un humo negro desagradable y si la mecha es de algodón es probable que se cree una “palomita” en la punta.

Una vez apagada asegúrate de dejar la mecha recta y centrada. Si este proceso lo haces en caliente evitarás que se parta y de éste modo, la vela se consumirá de manera regular sin que se creen formas raras.